Malos presentimientos turbaron mi alma
su ausencia, mi señor, los provocaban
por vos abatida clamaba en constante vigilia
mas ha vuelto golpeado y maltrecho
es menester sus heridas y golpes sanardarle
descanso y cobijo con mis besos
arrullarlo tiernamente en mi pecho
abrigando su alma con seguridad y sosiego
los que desterraron la angustia de la mia
con su sorpresivo y grato regreso.
05/09/2008
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